El turismo es un fenómeno social central en las sociedades modernas. Desde mediados del siglo XX es un fuerte generador de recursos económicos y sociales. Sus principales actores son quienes forman la compleja red que hace de esta actividad una de las más activas a nivel mundial y con mayores perspectivas de crecimiento local. En el mundo del turismo de descanso, de diversión o de negocios la demanda se ha diversificado y ha crecido exponencialmente en las últimas décadas.
Tanto las empresas, como los decisores de inversiones y políticas turísticas, requieren de profesionales altamente cualificados para conseguir sus objetivos, e incluso integrar objetivos del sector público y el privado.
A eso se suma que la pandemia del COVID-19, para el sector turismo se vivió la crisis más importante de la historia de la actividad. Esto ha requerido nuevos procedimientos, acciones y protocolos. Y probablemente ir adaptando coyunturalmente con mayor énfasis el turismo de cercanía. Los técnicos y profesionales del turismo tienen un papel relevante en estas redefiniciones y adaptaciones.
Las empresas turísticas poseen unos rasgos diferenciadores que obligan a poner en práctica estrategias específicas, en mercados y destinos altamente competitivos. Por este motivo, la especialización es fundamental.